Un debate civilizado

Dando un ejemplo de actitud cívica, trabajadores de Aratirí e integrantes de la Comisión en Defensa de la Tierra de Treinta y Tres, que se encuentra recogiendo firmas con el fin de prohibir la minería metalífera a cielo abierto en este departamento, protagonizaron un debate sobre el tema en la sede sindical del UNTMRA en Cerro Chato.

Durante casi dos horas, en un clima de franqueza y mutuo respeto, trabajadores del Sindicato de Aratirí recibieron en su sede de Cerro Chato, a delegados de la Comisión en Defensa de la Tierra que viajaron este jueves 15 de noviembre, desde la ciudad de Treinta y Tres.

Los visitantes (José Romero, Aníbal Terán y Leonardo Uría) se encontraron con un nutrido grupo de trabajadores que les aguardaban con gran expectativa, pues es la primera vez que se produce una instancia de éstas características. Sabido es que la referida Comisión lleva adelante acciones de resistencia tratando de impedir que se concrete el proyecto Aratirí, e impulsa una recolección de firmas promoviendo que el departamento de Treinta y Tres se declare libre de minería metalífera a cielo abierto.

La reunión permitió exponer las razones que presentan los opositores a la megaminería, al tiempo que los obreros hicieron notar los motivos por los que entienden que este nuevo rubro le conviene al país. Como era de esperar, el choque de opiniones tuvo momentos duros, cuando las intervenciones de los presentes dejaron en evidencia profundas diferencias ideológicas y metodológicas, así como opuestas interpretaciones de los mismos hechos que eran citados por una y otra parte en sus argumentaciones. No obstante el saldo fue positivo y ambas partes coincidieron en que se puede y se debe debatir en torno a temas de tanta importancia para el país, y que el intercambio de opiniones siempre enriquece.

Los delegados del movimiento contrario a la minería se retiraron de la sede del sindicato minero con la satisfacción de haber cumplido una instancia de acercamiento que demuestra que no rehúyen al debate, y que es posible mantener una discusión leal y franca con argumentos presentados en buenos términos, aun cuando las posiciones parezcan difíciles de conciliar.

El discurso locatario

Defensa de una nueva fuente de trabajo (Minería) que ofrece alternativas en un medio donde hasta ahora las oportunidades laborales eran muy escasas.

Confianza en los controles de los organismos del estado (DINAMA y DINAMIGE) encargados de regular la actividad minera. Compromiso de los propios trabajadores para actuar con responsabilidad social, no permitiendo un impacto ambiental devastador que los perjudique a sí mismos y su comunidad.

Hay ejemplos buenos de minería en el primer mundo, que se pueden imitar.

Propuesta de una industria siderúrgica nacional para que no todo el mineral extraído se vaya como materia prima.

No creen que la pecuaria (actividad básica en la región) pueda incentivarse en la zona, de tal modo que ofrezca trabajo suficiente con salarios decorosos.

Los productores que hoy protestan están molestos porque con la llegada de la minería, ya no encuentran mano de obra barata.

Los ambientalistas son hipócritas porque mientras por un lado critican la minería, por otro disfrutan del confort que ésta hace posible. No se muestran tan militantes contra otros “enemigos” como la forestación y los transgénicos, y solo parecen obsesionados contra la minería.

El discurso visitante

La mega minería no es compatible con nuestros principales rubros (pecuaria, agricultura y turismo), ofrece pocos puestos de trabajo por poco tiempo, tras lo cual se agudiza el desempleo.

Los organismos de control (DINAMA y DINAMIGE) no son fiables para fiscalizar adecuadamente el negocio minero. La idea de los obreros de ser garantes del cuidado ambiental, es una buena intención pero no justifica asumir tan alto riesgo. No hay ningún ejemplo “bueno” de mega minería a cielo abierto que pudiera imitarse en nuestro país.

La posibilidad de una industria siderúrgica nacional no está planteada formalmente ni parece viable. Lo que se pretende concretar es un proyecto de extracción depredador y colonialista para abastecer la industria de los países centrales.

Es posible impulsar proyectos lecheros, apícolas, agrícolas, ganaderos y turísticos, que generen una oferta de trabajo suficiente y atractiva.

La explotación del trabajador rural no es promovida ni defendida por el movimiento contra la minería, y si existe, es principalmente responsabilidad del gobierno.

Los ambientalistas – que también luchan contra otros emprendimientos, no solo la minería de gran porte- hacen uso de objetos metálicos sin caer en contradicción, ya que no se oponen genéricamente a toda forma de minería, sino a este modelo en particular.

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Una Respuesta a Un debate civilizado

  1. heraldo dijo:

    el material esta buenisimo gracias por proporcionarnos esto tan lindo

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