Proyecto de Vamos Uruguay

sobre minería a cielo abierto y empleo de cianuro

El sector del Partido Colorado liderado por Pedro Bordaberry acaba de presentar un proyecto de ley dirigido a reforzar el control y la participación del Estado en la extracción de minerales metálicos que incluye una prohibición condicionada de la minería a cielo abierto en gran escala y la prohibición total del empleo de cianuro en la actividad extractiva

Más allá de la definición que se adopte sobre este proyecto, la postura de Vamos Uruguay constituye un valioso aporte a la discusión pública sobre la propuesta de Aratirí (Zamin Ferrous), pues supera ampliamente los argumentos utilizados hasta el presente tanto por sectores del gobierno como por la empresa para justificar ese proyecto.

«En general existe consenso en no permitir la minería de gran escala en varias circunstancias específicas«, dice Vamos Uruguay y las enumera así:

a. cuando la región afectada directa o indirectamente por la explotación del yacimiento tiene un alto valor productivo, patrimonial o de biodiversidad;
b. cuando los procedimientos producen a corto, mediano o largo plazo un efecto ambiental irremediable;
c. cuando se emplean metodologías químicas o físicas de extracción que puedan sufrir accidentes cuyas consecuencias puedan ser catastróficas para los seres humanos o el ecosistema en general;
d. cuando los emprendimientos dejan un rendimiento para la sociedad muy inferior al obtenible con otras metodologías de gerenciamiento;
e. cuando los emprendimientos no generan desarrollo tecnológico y humano asociado a la explotación del recurso natural o el número y calidad de empleos creados es inferior significativamente a lo prometido.

Si el sistema político y la sociedad uruguaya tuvieran este consenso sería un gran paso adelante. Reseñaremos primero aspectos clave de los fundamentos del proyecto de ley aludido y luego las proposiciones concretas. (Los fragmentos que siguen son literales; el texto completo del proyecto puede verse en la sección de Documentación.)

Cómo son definidos los desafíos

Las medidas proteccionistas en torno a los metales, tanto de países desarrollados como de otros que no lo son completamente aún, como China, asociadas al importante aumento de precios causado por el consumo incrementado por las causas apuntadas antes, ha llevado a un renovado interés en la minería de metales en países en los que tradicionalmente esta actividad era poco importante, el nuestro entre ellos, y ha llevado al surgimiento de nuevos desafíos que deben ser enfrentados a tiempo. En particular el problema que significa el confrontamiento de dos modelos antagónicos, uno productivo de alimentos, sustentable y, al menos en primera instancia, ecológicamente benigno, y otro extractivo de materias primas, fundamentalmente no sustentable y, al menos en primera instancia, generador de un importante pasivo ambiental.

El desafío de conjugar ambos modelos, de forma de obtener los mayores beneficios económicos para la actual y las venideras generaciones pero, al mismo tiempo, minimizando el efecto sobre el ambiente y maximizando el desarrollo de tecnología arracimada en torno a los diversos emprendimientos, es uno de los más decisivos que se le presentan al país de cara a un futuro de prosperidad y bienestar. Hay al menos dos aspectos importantes que resultan fundamentales en el estudio del balance costo/beneficio de la actividad minera de cara al desarrollo del país. Por un lado tenemos el aspecto de los beneficios y costos económicos, presentes y futuros, vinculados con la minería, tanto encarado desde un puro punto de vista de beneficios económicos directos, como de desarrollo de tecnología, de industria propia, de conocimiento académico y tecnológico, de recursos humanos y de cadenas de valor asociadas. Por otro lado, tenemos el aspecto de los costos sociales y ambientales intrínsecamente asociados a la minería.

Las empresas interesadas en la explotación de recursos naturales no renovables proveen la justificación para que el Estado les permita realizar el emprendimiento, recurriendo generalmente a tres argumentos, todos ellos verdaderos: el número de empleos directos e indirectos que generan durante la construcción y operación, los pagos por compra o arrendamiento de tierras afectadas, y el canon que pagan al Estado. En el bienentendido de que estos argumentos económicos son correctos, es claro que son efímeros (duran solo lo que tarda en agotarse el yacimiento) y generan, a su vez, problemas sociales (por ejemplo, los despidos masivos una vez que cesa la operación del emprendimiento) y ambientales (se quita definitivamente una porción importante del territorio, la mayoría de las veces sin un esfuerzo mayor por remediar el daño causado).

Qué es la minería a cielo abierto

La actividad minera ha sido protagonista de algunas de las historias más terroríficas de contaminación ambiental y pérdida de vidas humanas y calidad de vida en todos los continentes. Si bien todos hemos leído de los peligros agudos asociados con las minas en galería, desde los relatos del siglo XVIII, el gas grisú y el uso de pájaros para advertir del peligro a los mineros, hasta los más recientes accidentes como el de Chile, mucho menos se lee acerca de los peligros más difusos y deslocalizados asociados a la minería a cielo abierto.

Conviene efectuar aquí una digresión sobre las características de la minería a cielo abierto, que será el foco de nuestras consideraciones posteriores. Este tipo de minería se emplea cuando el mineral que contiene el metal se encuentra relativamente cerca de la superficie. Es económicamente más ventajoso entonces ir removiendo la roca inservible en torno al yacimiento, hacerlo explotar en pedazos y luego ir moliendo el mineral obtenido para separar el metal. El final de la explotación implica que quedará un gran hueco donde estaba el mineral y los estériles, junto a algunos cerros donde se apila el material inservible. Indudablemente eso ya significa una agresión ambiental, tanto por el ruido y temblores producidos por las explosiones y maquinarias, como por el polvo producido y la modificación geomórfica del área. Además, hay problemas ambientales relacionados con la interacción de los estériles con aire y agua, dependiendo de la conformación geológica de las rocas, con el uso y contaminación de agua para los procesos industriales involucrados y con las sustancias químicas posiblemente empleadas en el beneficiamiento.

En palabras del geólogo y Profesor de la Universidad de Costa Rica, Allan Astorga, ―la minería metálica a cielo abierto se ha identificado como una actividad con importantes implicaciones ambientales: no se puede planificar su ubicación (depende de los yacimientos) y su ejecución requiere hacer transformaciones que incluyen eliminación de cobertura vegetal, separación del suelo, cambios en los cursos de agua superficial, afectación de acuíferos subterráneos y manejo de sustancias químicas peligrosas; la tecnología con que se trabaje puede aliviar o agravar estos impactos. En prevención es poco lo que se puede hacer, dado que para acceder al yacimiento se debe eliminar el “estéril”, con las afectaciones, por lo general irreversibles. En cuanto a la mitigación, algunas tecnologías permiten atenuar los impactos (reciclado de agua, uso de energías alternativas, sistemas cerrados de uso de cianuro, reutilización y manejo de residuos sólidos). Las medidas compensatorias son las que más se aplican, principalmente la reforestación y la restauración de suelos.

Los ejemplos de contaminación son moneda corriente por ejemplo en África, particularmente en Zambia y Tanzania, dado los altos niveles generales de corrupción. Este último país posee unos 39.000 millones de dólares en oro, excluyendo los gastos de extracción. Cada gramo de oro producido genera unas 3 toneladas de material de desecho, con el añadido que el oro, como la plata y el cobre, se encuentran asociados a rocas con alto contenido de azufre. Cuando las rocas son trituradas y el azufre expuesto al aire y agua es oxidado y se transforma en ácido sulfúrico que a su vez disuelve otros metales tóxicos tales como mercurio, plomo y cadmio. Si estos vertidos no son controlados convenientemente por todo el tiempo que dure su exposición a los elementos, pueden ocurrir accidentes. Y eso pasó justamente en 2009 en Tanzania, cuando una presa de relave de la mina North Mara de la Barrick Gold Corporation tuvo una pérdida por tres meses, que a través del río Tigithe desembocó en el río Mara y finalmente en el lago Victoria produciendo niveles de metales pesados en agua de unas 200 veces la concentración normal siete años antes.

Además de los procesos físicos de extracción de los minerales, pueden usarse en algunos casos métodos químicos peligrosos, siendo el más famoso de todos, el de extracción de oro con cianuro, un proceso empleado por primera vez en la mina a cielo abierto de Zortman-Landusky en Montana, USA. Uno de los problemas asociados es que el cianuro también extrae mercurio que puede terminar en las aguas. En Montana mismo, el agua en ese sitio deberá seguir siendo tratada por muchos años para reducir el efecto de los vertidos tóxicos originados en varios vertidos de la mina antedicha y en consecuencia han prohibido el uso de cianuro en cualquier nueva mina a cielo abierto. En el año 2000, una presa de la mina de oro Bala Mare en Rumania sufrió un desborde y unos 100.000 m3 de cianuro se derramaron a lo largo del río Tisza, un tributario del Danubio, afectando a Hungría y a Yugoslavia. Miles de peces flotaban muertos en las cercanías de Belgrado. Debido a este incidente, entre otros, la Unión Europea dictó una resolución por la que se prohíbe el uso de cianuro en nuevas mineras a partir del fin de 2011.

Experiencias en América Latina

En América las cosas no han ido demasiado mejor. En el Expediente 15.948 de la Cámara de Diputados de Costa Rica, por la cual en definitiva se aprobó este año la prohibición de la minería a cielo abierto, se relatan algunos casos. Por ejemplo, en 1995, ocurrió un desastre ecológico en la mina Omai, en Guyana, donde cuatro y medio millones de metros cúbicos de aguas residuales altamente contaminadas con cianuro se derramaron de un embalse y fueron a dar al río Essequibo. Como consecuencia de dicho derrame, un tramo de 80 kilómetros del río fue declarado como una zona de desastre ambiental y alrededor de la mitad de los residentes locales, especialmente niños (en su mayoría indígenas), sufrieron algún tipo de impacto en su salud. Se presentó una extensiva contaminación de fuentes de agua, que afectó de manera severa la vida acuática. En Perú sucedió el caso de la mina Yanacocha, ubicada en Cajamarca (norte) y considerada como la mina de oro más grande de América Latina, donde se ha cuestionado la deforestación provocada. Asimismo, se han presentado accidentes al transportar componentes tóxicos utilizados en la actividad minera, como un derrame de mercurio que se produjo en una pequeña comunidad en el camino entre Lima y Cajamarca y que hubiera tenido mayores consecuencias de haberse producido en un centro urbano más poblado. En Chile, un país minero con más de una decena larga de mineroductos, se han producido varios accidentes de diversa magnitud. Por ejemplo, en Agosto de 2009 se vertieron 11.000 litros de concentrado de cobre provenientes de la minera Las Pelambres al río Choapa, en la comuna de Salamanca, Región Coquimbo y en 2008 otro vertido de concentrado de cobre proveniente de la mina Minera Escondida ocurrió en Caleta Coloso, al sur de Antofagasta. En Argentina han ido en aumento las denuncias presentadas por destrucción ambiental contra un importante proyecto en la región de Catamarca, las cuales incluyen la contaminación de la cuenca del río Amanao con filtraciones de desechos químicos, y daños ocasionados a cultivos. Igualmente, el posible desarrollo de otros proyectos de minería de oro en las cercanías de la ciudad de Esquel, Departamento de Chubut, ha generado importantes movilizaciones ante la preocupación de la ciudadanía por los impactos en el ambiente y en el turismo en una región dependiente de esta actividad (deportes de invierno, práctica lacustre, etc.). Chubut tiene ya desde 2003 la Ley Nº 5001, prohibiendo la actividad minera metalífera en la modalidad a cielo abierto y la utilización de cianuro en los procesos de producción minera la minería a cielo abierto y otras regiones de Argentina también lo han hecho.

El proyecto de Vamos Uruguay

Los argumentos específicos para justificar su propuesta son los siguientes:

No obstante todo lo anterior, voces fundamentadas en la academia y la industria han indicado claramente la inconveniencia de una prohibición total y tajante. Entre otros factores se ha anotado que la prohibición impide el desarrollo de una riqueza potencial que permite acciones concretas por el Estado, y que impide la creación de empleo estable en zonas generalmente deprimidas, concediendo además una ventaja sin demasiado fundamento a emprendimientos ya establecidos en detrimento de otros nuevos, estableciendo monopolios de hecho en algunos casos.

Observando la experiencia internacional reciente, parece que deben ser considerados recursos estratégicos, algo que el Código de Minería vigente reserva casi en exclusividad para los minerales que puedan tener valor energético (lo que, de hecho, incluiría metales tales como el uranio o el torio, que pueden usarse para obtener energía nuclear). Bajo tal supuesto, debe ser el Estado el que se asocie con capitales privados que puedan hacer la inversión, pero en condiciones de socio tales que el recurso agotable sea transformado en inversiones que proyecten el país a un nuevo escalón cualitativo de desarrollo tecnológico.

El proyecto consta de diez artículos. En los primeros se declara de valor estratégico los yacimientos de minerales metálicos y se los incluye así en la previsión del artículo 7 del decreto – ley 15.242 del 8 de enero de 1982. Luego se prohíbe el uso de cianuro en la lixiviación de aquí en más. De esta forma no se afectan los derechos de quienes lo están usando, pero no se autorizarán en el futuro. En los artículo 4º y 5º se prohíbe la extracción de minerales metálicos a cielo abierto y se autoriza al Poder Ejecutivo a dejar sin efecto dicha prohibición cuando concuerden las hipótesis que se establecen, a saber: distancia de poblaciones, calidad de la tierra, medidas de mitigación a vecinos, participación del Estado, plan de cierre, garantías y no utilización de cianuro. Por el artículo 6º se establece el destino de lo que el Estado recaude. En los artículos 7º a 10º se establecen las directivas para la reglamentación de la ley por el Poder Ejecutivo.

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3 Respuestas a Proyecto de Vamos Uruguay

  1. Alejandro Aguirre dijo:

    Me parece que con todo lo dicho anteriormente, no cabe la mas minima posibilidad de permitir que se instaure un proyecto de tal magnitud destructiva en nuestro querido pais. El Uruguay Natural que tanto le queremos vender al mundo no es esto y las consecuencias van a ser nefastas para el ambiente y las futuras generaciones. Que va a apasar cuando se vayan, con que nos vamos a quedar? y nuestros hijos ? Por favor no lo permitamos.

  2. No tenemos superficie territorial para hipotecar de semejante manera. Ni lo intenten. Vienen acá porque no los dejan en otro sitio. No seamos los tontos del planeta.

  3. maca traca dijo:

    Como frenteamplista, me duele mucho ver que, quiénes luché una vida entera para sentar en el gobierno, están siguiendo el mismo modelo privatizador, depredador y extractivista que aplicaron alternativamente blancos y colorados que hoy se desgarran las vestiduras para «salvar al medio ambiente». No les creo nada, pero no deja de dolerme que quiénes juraron defender nuestra tierra y nuestra costa y que el Uruguay fuera para los uruguayos, le abren los brazos al extranjero para que se lleve lo nuestro y nos mientan una vez mas queriendo convencernos de que va a ser bueno para nosotros.

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